Llavaneras

Esta reforma de un antiguo establo, parte de una masía del siglo XVII, fue un verdadero reto debido a su estado casi en ruinas. La gran altura del espacio me permitió crear dos niveles, dando lugar a distintas zonas: porche, baño/vestidor, gimnasio, salón y sala de almacenaje, entre otras. Para mantener la esencia rústica y auténtica del lugar, elegí materiales tradicionales como barro para el suelo y azulejos artesanales. A su vez, para aportar un toque de modernidad, diseñé ventanales de hierro que no solo añaden carácter y elegancia, sino que también permiten aprovechar al máximo la entrada de luz natural, realzando la belleza del espacio. La grifería italiana suma un punto de sofisticación, mientras que el espejo, diseñado por nonewhite, aporta un sello personal y único al proyecto.